Entre sueños y deseos

Entre sueños y deseos pensaba…

Tú hablas el lenguaje de mi dolor, y a ti me aferro de tal manera que quizás sea mi autodestrucción. Como no arriesgarme si carezco del toque de tus manos, de tu aliento. Carezco de ti.

Quisiera dormir junto a ti. Imaginarlo me da confort, una paz indescriptible. Deseo dormir a tu lado.

Quisiera cubrirme entre tus brazos, cerrar los ojos y que besaras mis lagrimas. Tus labios lentamente rozarían mi frente, mi mejilla, hasta aterrizar en mi boca. Quisiera soñar a tu lado, contigo.

Quisiera que mitigaras mi dolor, utilizando tu sudor y saliva como borrador. Tu boca acariciaría mi espalda, recorrería mi cuello, pulsaría en mi pecho, hasta atravesar cada esquina de mi cuerpo. Quisiera que soñáramos un mismo sueño, en una sola cama, empapados en deseos.

Blanco y negro

El primer amor, el primer adiós.

A quien escogí, a quien no quería dejar ir.

Con la madurez y experiencia comprendo

Aquellas travesuras inocentes,

El cariño limpio y amor sincero.

Volarías mas de mil millas hacia mi.

Capturarías mi esencia en una fotografía,

Como si fuese arte que solo tú comprenderías.

El primer amor, el primer adiós.

Atravesando la distancia existimos

Indefinidamente, en plena transparencia.

Regálame una sonrisa.

Dicen que “la felicidad es simplemente buena salud y mala memoria.” Para mi, la felicidad es la salud, la familia, y la música que me cura, la música que me inspira–y que también me recuerda ciertos días. Cuando era niña soñaba con patinar en el hielo y con pintar cuadros modernos. Hoy resulta que no soy ni artística ni deportista. Pero siempre tuve un corazón bueno, un corazón grande, por lo menos así lo siento. Y es que la felicidad es tan transparente que no se sabe esconder. La felicidad es tan solo la inspiración—la inspiración que despiertas en mi.