Entre sueños y deseos

Entre sueños y deseos pensaba…

Tú hablas el lenguaje de mi dolor, y a ti me aferro de tal manera que quizás sea mi autodestrucción. Como no arriesgarme si carezco del toque de tus manos, de tu aliento. Carezco de ti.

Quisiera dormir junto a ti. Imaginarlo me da confort, una paz indescriptible. Deseo dormir a tu lado.

Quisiera cubrirme entre tus brazos, cerrar los ojos y que besaras mis lagrimas. Tus labios lentamente rozarían mi frente, mi mejilla, hasta aterrizar en mi boca. Quisiera soñar a tu lado, contigo.

Quisiera que mitigaras mi dolor, utilizando tu sudor y saliva como borrador. Tu boca acariciaría mi espalda, recorrería mi cuello, pulsaría en mi pecho, hasta atravesar cada esquina de mi cuerpo. Quisiera que soñáramos un mismo sueño, en una sola cama, empapados en deseos.

Sólo pensaba

Juro qué llorare el día que cumpla treinta. A mis casi veinticinco todavía no se sí la vida en realidad es corta o si simplemente la vivimos muy rápidamente, agobiados con rutinas y estrés. A estas alturas e aprendido lo básico y necesario: Una, nunca es tarde, y dos, no creas todo lo que te dicen y menos lo que ves. Varios años atrás una persona me dijo que yo, supuestamente, tengo una alma vieja. Puede ser, sí es que crees en esas cosas. Será que por eso tengo buena intuición, en la que confió y raramente me ha fallado. También eso e aprendido: la intuición es poderosa. Habían años en los cuales me preguntaba si en verdad me realizaría como persona y como profesional, y hasta lo dudaba. Sin embargo nunca e sentido más inspiración y motivación que hoy. Se qué me a tomado tiempo para llegar a donde estoy; se que falta aún más tiempo para alcanzar lo que anheló–estoy totalmente dispuesta.

Regálame una sonrisa.

Dicen que “la felicidad es simplemente buena salud y mala memoria.” Para mi, la felicidad es la salud, la familia, y la música que me cura, la música que me inspira–y que también me recuerda ciertos días. Cuando era niña soñaba con patinar en el hielo y con pintar cuadros modernos. Hoy resulta que no soy ni artística ni deportista. Pero siempre tuve un corazón bueno, un corazón grande, por lo menos así lo siento. Y es que la felicidad es tan transparente que no se sabe esconder. La felicidad es tan solo la inspiración—la inspiración que despiertas en mi.